Recuerdos en la maleta... de Portugal

Hoy quiero contaros mi viaje a Portugal. Para empezar os diré que ha sido la primera y última vez que viajo en autocar. Era un viaje organizado, muy barato, y no podía desaprovecharlo, pero en realidad… ha sido un palizón.
En cualquier caso, ha merecido la pena, he conocido lugares bonitos de un país que desconocía por completo. Todos sabéis lo que es un viaje organizado, en grupo y en autocar, con poco tiempo en muchos sitios y poco tiempo para hacer pipí… así que todo lo que he conocido ha sido rápido y fugaz. Aún así, os diré que Lisboa me ha parecido una ciudad encantadora. La capital lusa me ha enamorado y me he prometido a mí mismo volver, para poder montar con tranquilidad en esos entrañables tranvías, poder disfrutar de un fado y seguir comiendo esos pastelitos de Belem que tanto me han encantado. Lisboa ha sido una sorpresa, con su monasterio de los Jerónimos, el Puente 25 de septiembre, La plaza del Comercio… y un sinfín de calles en el barrio del Chiado y Alfama que son para perderse.


Aparte de eso, visitamos Estoril, que lo único que tiene es un mareante casino (qué estres por DioR… y ¡Cuánto vicio!) y mucha historia (aquí fue donde, supuestamente, el rey mató a su hermano…); Cascais, preciosa villa costera con un grandioso lugar: “La Boca del infierno” (en la foto), un acantilado precioso dónde me habría quedado horas viendo el romper de las olas; Sintra, un pueblo entre montañas con dos palacios y unas calles llenas de tiendas y encanto y, por último, los monasterios de Batalha y Alcobaça, preciosos.
Hablando de generalidades os diré que Portugal no es tan pobre como me lo esperaba. Se nota cierto retraso respecto a otros países europeos, pero nada exagerado, e, incluso, en ciertas cosas, los precios superaban los españoles. Los portugueses me han parecido bastante… bordes y serios, pero bueno… no tan estirados como los vecinos franceses.

Y por último, he de añadir que tengáis mucho cuidado con Viajes Crisol y con la empresas de transporte de viajeros Ferritour, dirigida por Don Juan Carlos Pérez. Era la primera vez que viajaba con Crisol, y será la última, pues ha sido un desastre de organización tremendo. Los segundos, han demostrado una falta de profesionalidad, educación, principios y medios de seguridad vergonzosos. Ya hemos puesto una reclamación. Sólo aviso. Cuidadito con ellos.

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