Casa Goyo, en Alcocer: Para comer... A LO GRANDE


Si uno busca en Google Alcocer, veréis muchos resultados hablando de lo mismo: Casa Goyo, un restaurante que se ha hecho famoso por el tamaño de sus platos y que, por ende, ha hecho famoso a este pequeño pueblo de Guadalajara que apenas llega a los 350 habitantes pero que, gracias a Casa goyo, recibe muchos visitantes.

Casa Goyo, y Alcocer, se encuentra a hora y media de Madrid, por la A2 y la N320 en la salida 55. Si estás por la zona, visitando por ejemplo Pastrana, 45 minutos te separan de este lugar en el que tienes que ir con hambre, y acompañado.

Cuando uno llega a Casa Goyo espera encontrarse un restaurante de pueblo, sin muchos aspavientos en lo que a decoración se refiere. Pero nada de eso. A pesar de que la fachada es muy normalita, el salón de comidas interior es precioso, cuidado al detalle y digno de cualquier restaurante elegante.

El servicio es igualmente impecable. Son atentos, educados, serviciales, rápidos, y se preocupan de que todo esté en su punto y todo esté perfecto. Como os decía, Casa Goyo es famoso por el tamaño de sus platos, y por ello es que, como también os he adelantado antes, no se puede ir solo. Los platos son caros, pero lo son porque son grandes, y por tanto no pueden ser pensados como un plato para una persona. Nosotros éramos cinco, y os cuento lo que pedimos.


Pedimos dos entrantes. Por un lado un plato de croquetas de jamón. Muy ricas, venían unas 12, con sus patatas fritas en el centro. Estaban muy muy buenas. El otro entrante fueron unas migas. Y llegaron en un plato con huevos y con migas en abundancia. Fue lo más normal de todo lo que comimos, no están malas pero no son las mejores que he probado.


Y venía el plato principal. Uno para cinco. En nuestro caso, y a pesar de que lo más famoso es un gigantesco san jacobo más cercano a un cachopo, nos decidimos por el churrasco de ternera. 39 euros el plato, pero como digo, tuvimos para cinco. Primero lo presentaron en un plato, y aquello era descomunal, de modo que pedimos que nos lo filetearan. Nos comimos entre 2 y 3 filetes cada uno. La carne, riquísima.


A estas alturas estábamos ya casi rodando... pero no se puede uno ir de Casa Goyo sin probar uno de sus también gigantescos postres. Nos decidimos por el flan... y bueno, una imagen vale más que mil palabras de modo que...


Y si algo sobra, que sobró (tanto churrasco como flan), te lo ponen en un tupper, y para casa.
¿El precio? Salimos a unos 30 euros por persona. Lo que más subió la cuenta final fue el vino, pero no sólo comimos muy bien sino que la mayoría de nosotros, ese día, ni cenamos...

¡Muy recomendable!

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