Madrid es una ciudad apasionante que siempre tiene mucho que ofrecer. Y, más allá de los innumerables atractivos que tiene, posee una ubicación privilegiada para hacer excursiones de día, o de fin de semana, a lugares preciosos y singulares. Y uno de esos lugares es Segovia, en Castilla y León.
A Segovia se puede llegar desde a Madrid en excursiones organizadas o por libre, cogiendo un tren desde Chamartin. El AVE os dejará en la estación de Segovia Guiomar en apenas 35 minutos. Esta estación está a unos 7 kilómetros del centro turístico de la ciudad, por lo que tendrás que coger un taxi (8 euros) o el autobús 11 que encontrarás en la puerta de la estación y que, por 2 euros y unos 25 minutos de trayecto, os acercará a los pies del célebre Acueducto de Segovia.
Otro día os hablaré de las muchas posibilidades de visita que ofrece Segovia, pero hoy quiero centrarme en un edificio que siempre que veo, en fotos, en vídeos y en persona, me fascina: el Alcázar de Segovia.
Se tiene documentación que demuestra su existencia ya a principios del siglo XII, y fue durante toda la Edad Media una de las residencias favoritas de los reyes de Castilla. Fue con la monarquía de los Trastámara cuando el Alcázar se constituyó en un auténtico palacio. De aquí salió, el 13 de diciembre de 1.474, Isabel la Católica para ser proclamada Reina de Castilla en la Plaza Mayor de Segovia.
Felipe II celebró en el Alcázar su boda con Ana de Austria, y lo reformó dotándole de esos agudos chapiteles que hacen que parezca un castillo centroeuropeo. Cuando la Corte se instaló en Madrid, el Alcázar dejó de ser residencia real y fue, durante más de dos siglos, una prisión de Estado. Hasta que, en 1764, Carlos III fundó el Real Colegio de Artillería.
La historia del Alcázar de Segovia pasa lamentablemente por recordar un incendio que, el 6 de marzo de 1.862m destruyó las techumbres y dañó su estructura. En 1.882 se iniciaría su restauración, y en 1.896 se entregó al Ministerio de la Guerra para que se instalara, dos años más tarde, el Archivo General Militar, que sigue actualmente.
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Toda esta historia es palpable cuando uno visita este imponente castillo que permite visitar su Sala del Palacio Viejo, la Sala de la Chimenea, la Sala del Solio, la Sala de la Galera, la Sala de las Pilas, la Cámara Regia, la Sala de Reyes, la Sala dal Cordón, la Capilla, la Sala de Armas, el Museo del Real Colegio de Artillería, la prisión y subir a la Torre de Juan II.
El Alcázar de Segovia puede visitarse de 10:00 a 18:00 entre noviembre y marzo, y de 10:00 a 20:00 el resto de temporada. La entrada completa cuesta 8 euros y, si no quieres subir a la Torre de Juan II, bastará con pagar 5,50€. Lo de subir o no subir, es fácil de decidir si te damos este dato: 152 escalones por una escalera estrecha. Si odias subir escalones, tienes movilidad reducida o sufres algún tipo de problema de salud... no subas. Si tienes tiempo, puedes comprar visitas guiadas combinadas a Segovia+Alcazar o Segovia+Alcazar+Catedral.
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