Spoiler: Si no te gusta el dulce o quieres guardar la línea, no sigas leyendo, porque este post es de todo menos dietético. Porque, espero no ofender a nadie, Nueva York puede presumir de muchas cosas pero de tener una oferta gastronómica sana… NO.
Sí, es la ciudad de las hamburguesas, de la pizza, los perritos calientes… y muchos dulces, que es el motivo principal de este post. Y oye, que esto no tiene por qué ser malo, que al final uno cuando viaja se da ciertos homenajes.
Antes de entrar en materia golosa, y ya que he hecho esta referencia a la comida de la ciudad, comentar que, si quieres comer sano, lo más fácil será que entres en alguno de los Whole Foods de la ciudad y te compres una ensalada que puedes configurar al gusto. Cuidado porque se cobra al peso… no te pases. Esta es la opción más sana pero también la más cara, porque en cuanto te descuidas, una ensalada decente para comer se te puede plantar en 20 dólares por el peso de la misma. Hay otros supermercados y Delis que ofrecen comida preparada de mayor o menor calidad, de modo que por ahí puedes encontrar opciones más sanas y no del todo caras.
Pero volvamos al momento pecado de la ciudad: el dulce. En mi estancia de un mes en Nueva York me propuse probar todos y cada uno de los dulces pecados que la ciudad me ofrecía. Y lo hice. Y mereces saber cuáles fueron porque… ¡Tienes que probarlo!
• Peter Pan Bakery: Los mejores donuts de Nueva York
Donuts en Nueva York hay miles. La ciudad está repleta de tiendas de donuts, especialmente de las marcas Krispy Kream y Dunkin Donuts. Krispy Kream, pese a ser donuts algo más industriales, me gustaron muchísimo, y en calidad/precio, y facilidad de obtenerlos porque hay muchos puntos de venta en la ciudad, se ganaron un buen lugar en mi ranking de deseos dulzones.
PERO, si tengo que hablar de los mejores donuts de la ciudad tengo que trasladaros al barrio de Green Point. Allí se encuentra Peter Pan Bakery, una pequeña pastelería de origen polaco que hacen unos donuts maravillosos. Además son muy baratos. Suele haber cola para comprarlos, pero hazla, te los recomiendo. Yo tuve suerte e incluso uno de los dos días que fui encontré sitio en la barra, de modo que aproveché para comerlos allí mismo.
Y hablando de donuts, os hablo ahora de esa variedad conocida como Doughnuts, con una textura que mezcla la de los donuts con la de un croissant. Para comer unos buenos Doughnuts os recomiendo visitar Dough Doughnuts. Yo lo hice en su local de Flatiron, y lo encontré traquilo por lo que pude disfrutarlo con calma sentado allí mismo. Además, fuera nevaba, de modo que fue un momentazo dulce y relajante.
Y otro donut más. Os invito ahora a pasear por uno de los barrios de moda: Astoria. Allí se encuentra un pequeño local en el que puedes comer bocadillos, sándwich… y un donut maravilloso y muy generoso en tamaño. Os diré que me encanta el dulce y no pude terminarlo de lo grande que era (aunque era mi postre… antes me metí uno de los bocadillos del local…). En este sitio, además, disfruté de lo lindo porque el camarero te “vendía” la consumición y, al mismo precio, te regalaba un chiste. Un crack.
Me cuesta explicaros el tamaño de las cookies de Levain Bakery, de modo que lo mejor es que os fijéis en al foto. Cookies enormes, probablemente las más gordas que he comida, y absolutamente irresistibles. Hay varios locales por todo Manhattan, de modo que busca el que te pille más cerca y si pasas por la ruta… ¡No lo dudes!
Sigo con cookies porque, de otro estilo, me enamoré de las cookies de Insomnia Cookies. En este caso su mayor diferenciación con otras que hayas podido probar es que están rellenas. Espectaculares.
Celebérrimo local de repostería en Nueva York. Carlo se ha hecho muy popular porque salió en un reality de repostería. Pero más allá de eso, su fama ya le precedía por tener las mejores tartas de queso de la ciudad.
En mi primera vez en la ciudad ya pude probar la tradicional, y esta vez quise cambiar. Porque, con el tiempo, Carlo ha innovado y ahora hay, por ejemplo, tarta de queso con oreo, que es la que yo probé. Y sí, está riquísima.
Seguro que, si eres dulce como yo, este post te ha abierto el apetito…
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