Zurich es una ciudad encantadora que, además de deleitarnos con sus bonitos rincones y su imponente lago, nos permite hacer alguna excursión más que interesante. Una de las que yo elegí fue las cataratas de Shchaffhausen.
Bajo este nombre, que siempre tengo que mirar para escribir bien, se esconde uno de los rincones naturales más impactantes que yo he visto. De hecho, son las cataratas más grandes que podemos ver en Europa.
Las cataratas están situadas en la ciudad con el mismo nombre, Shchaffhausen, situado a 51 kilómetros al norte de Suiza, justo en la frontera con Alemania. El tren es el mejor modo de ir, ya que en sólo una hora, y viendo un paisaje precioso y verde, llegarás a tu destino por unos 13 euros el trayecto. Pasa un tren cada 15 minutos, de modo que no es nada lioso. Ya en Schauffhausen, podrás llegar caminando unos 10 minutos. En todo caso, no hay perdida, ya que están convenientemente indicadas, no en vano son el principal atractivo turístico de la zona.
El espectáculo natural que se nos presenta una vez allí es único: un Rhin que rompe con una serie de rocas y que cae a más de 30 metros de altura. Hay varios senderos y pasarelas que te permitirán asomarte y disfrutar de diferentes vistas de las cataratas. Todas preciosas. Y si te animas, desde la parte bajas puedes coger un barco que te llevará hasta el borde de la misma y te permitirá subir a un mirador aún más único e impactante.
Vistas las cataratas, no te vayas de Schauffhausen sin visitar la ciudad, con recuerdos medievales y unas coloridas casas que hacen que pasear por su casco antiguo sea más que agradable.
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Recuerdos en la maleta... de Zurich
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