Viajar en coche por cualquier país es una de las mejores formas que hay para conocer cada rincón del mismo. Sólo así, durante mi último viaje por la Costa Oeste y Ruta 66 de Estados Unidos, he podido conocer lugares recónditos bien curiosos.
Uno de ellos es Bedrock City, un parque temático abandonado de Los Picapiedra que se encuentra a media hora de la entrada South Rim del Gran Cañón del Colorado.
Los Picapiedra ( o "The Flinstones") fue una serie de dibujos animados ambientada en la Edad de Piedra que, al menos para los de mi quinta, seguro os sonará, porque fueron personajes muy populares. Pedro, Pablo, Vilma, Betty, Dino Pebbles o Bam-Bam han sido para muchos de nosotros los personajes de parte de nuestra infancia.
Por eso, cuando me enteré que un poco antes de llegar al Gran Cañón podía visitar lo que en su día fue un Parque Temático dedicado a la serie, no lo dudé. Bedrock City fue construido en 1972. Cuatro décadas después, y sin dar explicaciones, decidió venderlo... y empezó su decadencia y abandono hasta lo que es hoy: un viejo recuerdo de casas, personajes, coches... de la mítica serie.
Visitar Bedrock City es una experiencia curiosa y algo amarga también, porque, si bien es muy sorprendente imaginar lo que en su día debió ser un completo y animado parque de atracciones, no deja de dar cierta pena verlo en ese estado. Aún así, algunas de las casas y personajes se conservan lo suficientemente bien como para que puedas pasear, sacar alguna foto y disfrutar de un rato de diversión. Todo, por 5 euros que cuesta la entrada.
Tengo que advertir, que, mientras preparaba este post, he encontrado alguna noticia que habla de que otoño de 2019 será la fecha en la que se cierre definitivamente, ya que será transformado en un espacio de demostración de vuelos de aves rapaces. Sin embargo, sus nuevos propietarios han prometido mantener algunos de los elementos decorativos del parque, como el brontosaurio que se ve desde todo el parque. Sea como sea, si pasáis por la zona, no dejéis de echar un vistazo para ver las reminiscencias que puedan mantenerse de lo que un día fue un parque temático de los míticos Picapiedra.
Por cierto, justo enfrente hay una gasolinera y el Hotel Grand Canyon Inn, en el que nosotros pasamos la noche para aprovechar al máximo nuestra visita al Gran Cañón. Muy recomendable, barato, con buenas habitaciones (al estilo hostal americano pero bien cuidado) y hasta con una piscina.
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