A la tercera ha ido la vencida. Tenía una deuda pendiente con Gran Canaria. Había ido 2 veces a la isla pero apenas había salido de Maspalomas, dejándome absorber por el turismo de playa, piscina y ocio que esta zona de la isla ofrece. Pero esta vez, en mi tercer viaje a la isla, me propuse conocerla un poco mejor. Y en este post os cuento, en función de mi experiencia, algunos de los pueblos que no debes perderte de la hermosa Gran Canaria.
Desde Madrid, Air Europa nos llevó en unas 3 horas al aeropuerto de Las Palmas de Gran Canaria. Se encuentra a medio camino entre Maspalomas y la capital, de modo que, tanto si te alojas en el norte, como en el sur, necesitarás una media hora para llegar del aeropuerto a tu hotel. La mayoría de los hoteles ofrecen servicios de recogida, pero honestamente, os recomiendo alquilar un coche. Son muy económicos y, si no lo haces, probablemente te pase como a mi en los dos primeros viajes y prácticamente no te moverás de tu zona. Porque sí, para conocer Gran Canaria, necesitas coche sí o sí. Nosotros lo hicimos con el buscador de Edreams, y allí elegimos, por precio y opiniones positivas, un coche de Hertz. Fueron 73 euros 11 días de coche. A eso hay que añadir lo que gastes en gasolina y, recomendable, un seguro que amplíe las coberturas básicas que te ofrece el propio alquiler. Respecto a la gasolina, nosotros únicamente llenamos el depósito una vez, por algo menos de 40 euros, habiendo recorrido la isla de arriba a abajo.
Como "centro de operaciones" volví a escoger Maspalomas. Es una zona que me gusta mucho por el ambiente LGTB que allí se encuentra. Dormimos un par de noches en el Hotel Ritual Maspalomas y después, para alejarnos un poco del bullicio del Yumbo (el centro comercial de Maspalomas donde se aglutina la restauración y el ocio nocturno), en los Rainbow Golf Bungalows. En Maspalomas no podéis dejar de visitar sus famosas y protegidas Dunas. Y si lo haces en el atardecer, prepárate para disfrutar de un momento único.
Antes de ponernos en marcha por los pueblos y destinos de Gran Canaria, tengo que comentar que las distancias en la isla son cortas, pero los tiempos de trayectos largos. Esto se explica por la orografía de la zona. A pesar de que puedes estar a apenas 30 kilómetros de un pueblo, el camino puede ser de 50 minutos fácilmente. Y generalmente se trata de caminos con bastantes curvas. Tenlo en cuenta, pero que esto no te frene a conocer las maravillas que esconde Gran Canaria.
Las Palmas de Gran Canaria
No puedo empezar por otro lugar que no sea la capital. Las Palmas de Gran Canaria esconde rincones preciosos. Con el ambiente típico de una gran capital, pero muchísimo más tranquila y familiar, pasear por el centro es imprescindible. El Barrio de Vegueta es un viaje a un mundo colonial. Sus calles, casas y colores te transportan a otra época. En esta zona debéis visitar la Casa de Colón, la Catedral de Santa Ana, el Museo Canario y también os recomiendo el mercado para tomar un poco el pulso del día a día de los habitantes de la zona.
Si cruzáis la calle principal, llegaréis a una zona peatonal más moderna y llena de tiendas comerciales. Pero no sólo eso, porque también se encuentra la Casa Museo de Galdós y el precioso edificio del Gabinete Literario.
En otra zona de la capital, imprescindible pasear, y si queréis disfrutar con un bañito, de la Playa de las Canteras.
Puerto de Mogán
Llegar a Puerto de Mogán, en el suroeste de la isla, es muy sencillo, aquí no hay curvas, de modo que la advertencia que os hice antes, no aplica aquí. El Puerto de Mogán es un precioso pueblo costero lleno de casas blancas decoradas con decenas de buganvillas. Las estampas del paseo por sus calles son preciosas. Además, hay algunos canales y puentes que hacen que la llamen la Venecia Canaria.
No muy lejos, y aún perteneciendo al municipio de Mogán, se encuentra Arguineguín. Os recomiendo cenar aquí en alguno de los restaurantes que hay en el paseo marítimo. Si tienes suerte, y no hay calima, podrás ver un maravilloso atardecer con el Teide de fondo. Nosotros, tuvimos suerte.
Teror
Este es uno de los pueblos que, esta vez sí, requerirá de algo de paciencia por sus carreteras de curvas entre montañas. Pero merece absolutamente la pena porque es precioso. Me dijeron que fuera en domingo, porque había mercadillo, y así lo hice. Si puedes hacer lo mismo, te encontrarás las calles centrales llenas de puestos con gastronomía canaria. Para probar: el bocadillo de chorizo de Teror (una especia de sobrasada pero más suave), el choripan, el queso canario (cualquiera...) y el Clipper de fresa, un refresco con gas muy querido en la zona. Nosotros encontramos también un puesto de Mojito de Guarapo. Se trata de un mojito canario hecho con el guarapo que se extrae de caña dulce. ¡Riquísimo!
Pero si no hay mercadillo, no te preocupes, porque pasear por el centro histórico de Teror ya merece mucho la pena, con sus casas de colores y balconadas y con la Basílica de Nuestra Señora del Pino, muy venerada allí pues es Patrona de Gran Canaria. En los alrededores de la Basílica, no dejes de ver la Torre Amarilla, La Alameda o la Casa Consistorial.
Arucas
Arucas se encuentra muy cerca de Teror, por lo que es un buen complemento a su visita. Arucas es famoso por su ron y por su imponente Catedral. En realidad es la Parroquia de San Juan Bautista y se ha convertido en uno de los símbolos de la isla. Su llamativo color y su altura llaman mucho la atención, especialmente en el camino de bajada desde Teror.
Como en Teror, pasear por el casco viejo de la ciudad es algo obligado, como lo es pasar al Parque de Arucas, donde podrás ver una buena muestra de la flora local.
Firgas
No muy lejos de Arucas se encuentra Firgas. No había leído este pueblo en ningún sitio, pero un vecino de los bungalows nos lo recomendó. ¡Y menos mal que hicimos caso! Firgas es un pueblo muy pequeñito pero que tiene dos de las calles que más me ha gustado en mi viaje: El Paseo de Canarias y el Paseo de Gran Canaria. Se trata de una calle empinada, dividida en dos zonas. La primera, nos muestra con cerámica una representación de todas las Islas Canarias. La segunda, es un pequeño arroyo que baja por la calle flanqueado por una pared llena de los escudos de todos los pueblos de la isla, también en una preciosa cerámica. No te vayas de Firgas sin ver su Iglesia de San Roque y sin asomarte al mirador con el mismo nombre.
Agaete
Agaete es un precioso pueblo en la zona norte de la isla. Tiene varios atractivos, de modo que es una de las excursiones que más vas a aprovechar. Principalmente por su zona costera, el Puerto de las Nieves, en donde podrás pasear por callecitas de pescadores que son adorables. Aquí, además, se encuentra la Ermita de las Nieves, unas estupendas vistas del famoso "Dedo de Dios" y, por supuesto, sus piscinas naturales. Se trata de agua de mar pero depositada en los orificios que, de forma natural, ocasionó el terreno volcánico de la zona. Suele hacer bastante aire en la zona y el agua está fría, pero claro, es toda una experiencia probarlo.
Adentrándonos, en coche o 15 minutos caminando, al centro del pueblo, encontraréis el Jardín Botánico Huerto de las Flores, la Iglesia de la Concepción o la Necrópolis del Maipez.
Gáldar
Este pueblo está a unos 10-15 minutos en coche de Agaete, de modo que es un complemento perfecto al primero. Como la mayoría de los que te he hablado, un simple paseo por sus calles centrales ya merece la parada. Pero es que aquí, además, hay interesantes e importantes atractivos. La Plaza de Santiago será el punto neurálgico de tu visita. Allí se encuentra la Iglesia de Santiago de los Caballeros, la Oficina de Turismo o el Museo Sacro. No dejéis de entrar a la oficina de turismo porque, además de informaros estupendamente, podréis ver un drago milenario y un maravilloso teatro. Yo no las visité por falta de tiempo, pero es muy popular visitar el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada.
Cuevas de Guayadeque
Llegamos al momento gastronómico de este post. En Gran Canaria, como en toda España, se come muy bien, y disfrutamos muchísimo, en todas nuestras paradas, de pequeños manjares como el queso canario, el gofio escaldado o las famosas papas arrugás con mojo. Todo ello, además de en otros lugares, los comidos en la zona de las Cuevas de Guayadeque. Este entorno natural acoge varios restaurantes excavados en cuevas que ofrecen una riquísima comida canaria casera. Por diferentes recomendaciones, elegimos el Restaurante Centro (¡Hay que reservar antes!) y la elección fue muy acertada. Todo fue super barato y la comida una maravilla. Además de lo dicho antes, pedimos, fuera de carta, un Tomahawk, que era un chuletón de vaca... I N C R E Í B L E.
Tufía
Dejo para el final una pequeña recomendación que vi a Enrique Álex: la Playa de Tufía. Se trata de un minúsculo pueblo, de apenas una calle, pero cuyo encanto es que transcurre prácticamente en la misma playa. De hecho, casi no hay arena y la gente suele tirar su toalla en la calzada del mismo. No es una parada muy conocida, ni muy explotada, de modo que si vas con intención de pasar unas horas de baño, llévate algo de bebida por tu cuenta.
Aunque no lo visitamos en este viaje (pero lo haremos pronto, ya que volvemos muy muy prontito), no puedo dejar de nombrar en este post la visita a Tejeda. Todo el mundo me decía que es imprescindible y uno de los pueblos más bonitos de la isla. Nosotros la dejamos para otra ocasión porque, como os decía al principio, es uno de esos pueblos a pocos kilómetros pero con un largo y no sencillo trayecto.
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