Ya os hablé en otro post de lo mucho que me había gustado Ninh Binh, la llamada Bahía de Halong del interior de Vietnam. Pero hoy quiero dedicarle un post a hotel donde estuvimos alojados, porque me encantó tanto, que merece una review en profundidad. Así es Le Clos du Fil Boutique Hotel.
Situado en Van Lam, es una de las zonas de Ninh Binh más cercanas al embarcadero de Tam Coc. De hecho, en el parking del embarcadero ya nos esperó un cochecito del hotel (de esos de los campos de golf) para llevarnos las maletas hasta la puerta. La distancia entre esta parking y el hotel no era mayor de 100 metros, pero en Vietnam la concepción del buen servicio da un paso más allá. Gracias a este detalle, pudimos adentrarnos andando, ya sin maleta, por la callecita que nos llevaba al hotel y empezar a ver el encanto del lugar: sus callejuelas, gentes, pequeñas tiendas...
Ya en el hotel, nos recibieron con su habitual sonrisa y con un delicioso té, para acto seguido darnos la llave de nuestras habitaciones. ¡Eran preciosas! Y toda una declaración de intenciones, porque este hotel fue abierto por Ngân Dô, hija de un bordador, que ha querido preservar el legado de su padre manteniendo un taller de bordados artesanos que se venden en el propio hotel.
Aunque la edificación es moderna, las puertas exteriores del hotel ya te hacen ver que te adentras en un espacio en el que la tradición está bien presente. La decoración es exquisita, con una mezcla entre modernidad, artesanía y rural que lo hacen precioso. Además, su extensa vegetación y su piscina hacen que te sientas en un auténtico paraíso.
Las habitaciones son enormes y espaciosas y todas cuentan con vistas preciosas. Porque no hay que olvidar que estamos en Ninh Binh, y que, mires donde mires, el espectáculo visual está asegurado. Me llamó la atención que la habitación no tenía tele, pero luego pensé... ¿Quién quiere tele teniendo estos ventanales con semejantes vistas? No pude evitar dormir con todas las cortinas abiertas, quería ver ese paisaje todo el rato: al dormir, al despertar y si me despertaba.
Y el amanecer... ¡Espectacular! No sólo por las vistas, también por los sonidos: decenas de gallos amenizan la mañana en la zona. Si tienes el sueño frágil, lo mismo te despiertan antes de tiempo pero, qué queréis que os diga, despertar así es bien dulce.
Hablando de la gastronomía, el restaurante tiene una extensa carta de comida tradicional y el desayuno, tipo buffet, tiene opciones occidentales y orientales, así como un corner en el que te cocinarán al momento huevos al gusto.
Además, el hotel ofrece bicicletas gratuitas para recorrer la zona (¡Lo hicimos!), servicio de masaje y talleres de artesanía que, eso sí, no tuvimos tiempo de probar.
Fue una estancia verdaderamente inolvidable.
Como siempre os recuerdo, yo estuve en todo momento conectado gracias a la eSIM de Holafly, que os recomiendo totalmente: mantienes tu número, no necesitas cambiar la SIM y estarás perfectamente conectado.
En este blog encontraréis enlaces de afiliados. Si decides reservar tus excursiones, vuelos u hoteles a través de ellos, nos ayudarás a mantener el blog sin que ello tenga un coste adicional para ti. ¡Buen viaje!
* Este viaje ha sido un presstrip de Vietnam Airlines. Sin embargo, ello no implica que mis opiniones estén condicionadas, y se basan siempre en mi experiencia real y sincera.
Comentarios
Publicar un comentario