Visitando el Castillo de Chillón de Montreux


Continúo detallando mi último viaje a Suiza, con sede en Ginebra y alguna que otra excursión. Ya os conté la que hice al lado francés, Annecy, y hoy os relato una dentro del mismo territorio suizo: el Castillo de Chillón en Montreux.


Ya os conté que para llegar a Montreux basta con coger un tren en la estación central de Ginebra. El trayecto es directo. Conviene que compres el billete en la misma estación, y digas donde vas, porque hay uno combinado que incluye el billete Ginebra-Montreux, un bus que debes coger desde la estación de Montreux hasta el Castillo de Chillón y la entrada al mismo.



El principal atractivo de Montreux es visitar su precioso Castillo Chillón. Prepara la cámara desde el mismo momento en el que bajes del autobús, porque la estampa que deja el castillo sobre el Lago Lemán es impresionante mires donde mires.

Se trata de una atracción turísticas que cada año visitan más de 300.000 personas y que durante cuatro siglos, del XII al XVI, fue residencia de los condes de Saboya. Visitarlo es una experiencia apasionante. Primero porque su estado de conservación es excepcional, y los lugares rehabilitados respetan a la perfección el ambiente de la época. Para verlo con calma necesitarás entre 1 y 2 horas, porque es grandecito: verás todas sus zonas, incluyendo salones, habitaciones, salas de letrina, bodega, bóvedas subterráneas, patios... e incluso podrás subir a las torres y pasarelas de vigía.

La vuelta del castillo al centro de Montreux yo la hice andando. Son unos 20 minutos caminando, y si el tiempo es bueno es un paseo agradable porque entrarás en el centro de la ciudad en su calle más comercial, viendo el imponente Casino y su paseo marítimo con la célebre estatua de Freddie Mercury.

El castillo abre de abril a septiembre de 9:00 a 19:00, en octubre de 9:30 a 18:00, de noviembre a febrero de 10:00 a 17:00 y en marzo de 9:30 a 18:00. La entrada cuesta 12,50 francos suizos para adultos, y 6 para niños entre 6 y 15 años.






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