Sigamos desgranando nuestro viaje a Tailandia. Tras pasar un par de días en Bangkok, fue el turno de conocer las islas. Como os conté en este post, elegimos las del interior por la fecha: era época de lluvias y en el interior las posibilidades de lluvias eran menores que si íbamos a Phuket. De modo que la decisión estaba clara: Koh Samui y Koh Phangan.
El primer destino fue Koh Samui. Llegar a la isla no es un trayecto sencillo, al menos si optáis, como yo, por el camino barato pero largo. Porque Koh Samui dispone de un aeropuerto que lo enlaza, con vuelos directos, con Bangkok, pero son bastante caros. Por ello, yo opté por la opción B: un vuelo hasta Surat Thani, y de ahí, un ferry a la isla. Este trayecto no es rápido, pero sí económico, por lo que es muy popular entre los viajeros. El avión de Bangkok a Surat Thani dura algo más de una hora y, depende de cuándo lo compres, lo encontrarás por 10 o 20 euros. Después, deberás coger un bus que te llevará del aeropuerto al muelle Donsak Pier, puesto que es de este muelle de donde salen los ferrys. Este trayecto en bus dura una hora y media. Y después, el ferry, que durará más o menos en función de si contratas los servicios express o no. Los más habituales no son los express, de modo que tardarás otras 2 horas en llegar. Es decir, de Bangkok a Koh Samui al final écharle 5-6 horas en el mejor de los casos. Yo un poco me arrepentí de haber optado por la opción barata... porque prácticamente pierdes el día entero. Por cierto, podréis comprar en el mismo aeropuerto los billetes combinados de bus+ferry.
Lo bueno es que todo se te pasa cuando llegas a Koh Samui porque, si bien no tiene fama de ser la isla más bonita del lugar, a mi me encantó. Me alojé en el Mercure Beach Resort, situado en Lamai Beach. Y qué queréis que os diga: llegar a ese hotel, con acceso directo a la playa, y poder ver esa playa salvaje, entre palmeras, rocas y cabañas... me enamoró desde el primer momento. Además, este hotel tenía un transfer gratuito que te llevaba y traía al centro de Lamai Beach, en donde se sitúan todas las tiendas, restaurantes y puestos de comida callejera. Imprescindible visitar esta zona por la noche y, por supuesto, comer del street food. Y es muy curioso, porque este mercado de comida nocturno se sitúa a escasos metros de una zona de bares al aire libre en las que hay un montón de chicas bailando que no paran de gritar llamando a los turistas para que se tomen algo allí... y jueguen a las 3 en raya (entre otros juegos de mesa).
Otra de las zonas animadas por la noche es Chaweng Beach, en donde, además de un centro comercial, hay otro mercado nocturno que hace la delicias de todos los visitantes. Me hablaron de otro chulo, el Fisherman Village Walking Street, pero nos pillaba algo más retirado y estábamos algo cansados de regatear todo el rato con los taxis. Porque sí, en la isla dependes del taxi o de alquilar una moto. Si sabes conducir moto, os recomiendo esta opción, porque ofrece mucha más autonomía y libertad para conocer cada rincón de la isla. En nuestro caso, tenemos pánico a las dos ruedas... de modo que estuvimos algo más "atados" al depender del taxi. Si os pasa como a nosotros... tranquilos, los taxis, o Songthaews (rojos y amarillos), pasan rodeando la isla continuamente. Basta con que pares uno, le digas dónde quieres ir, regatees el precio y te subas. Otra opción, descargarte la app NaviGo, algo así como el Uber de allí. No tiene muchos vehículos, pero tiene la tranquilidad de que sabes el precio... Otra opción es tirar de excursiones guiadas.
En la isla es posible hacer alguna excursión, como el Big Buda de Bophut, el de Wat Plai Naem o las cascadas de Na Muang. Como siempre, hacerlas o no dependerá de tu tiempo y ganas. La más popular, en todo caso, es conocer el Parque Nacional Ang Thong, que suele llevar todo el día en excursiones organizadas.
De Koh Samui, fuimos a Koh Phangan a, entre otras cosas, disfrutar de la famosa Full Moon Party. Pero eso os lo cuento en otro post, que este ya ha quedado muy largo ;).
Podéis ver más fotos en las historias destacadas de mi Instagram: @antoralgram. Todo lo que necesitas para tu viaje de Jose Manuel Antoral Cuevas
El primer destino fue Koh Samui. Llegar a la isla no es un trayecto sencillo, al menos si optáis, como yo, por el camino barato pero largo. Porque Koh Samui dispone de un aeropuerto que lo enlaza, con vuelos directos, con Bangkok, pero son bastante caros. Por ello, yo opté por la opción B: un vuelo hasta Surat Thani, y de ahí, un ferry a la isla. Este trayecto no es rápido, pero sí económico, por lo que es muy popular entre los viajeros. El avión de Bangkok a Surat Thani dura algo más de una hora y, depende de cuándo lo compres, lo encontrarás por 10 o 20 euros. Después, deberás coger un bus que te llevará del aeropuerto al muelle Donsak Pier, puesto que es de este muelle de donde salen los ferrys. Este trayecto en bus dura una hora y media. Y después, el ferry, que durará más o menos en función de si contratas los servicios express o no. Los más habituales no son los express, de modo que tardarás otras 2 horas en llegar. Es decir, de Bangkok a Koh Samui al final écharle 5-6 horas en el mejor de los casos. Yo un poco me arrepentí de haber optado por la opción barata... porque prácticamente pierdes el día entero. Por cierto, podréis comprar en el mismo aeropuerto los billetes combinados de bus+ferry.
Lo bueno es que todo se te pasa cuando llegas a Koh Samui porque, si bien no tiene fama de ser la isla más bonita del lugar, a mi me encantó. Me alojé en el Mercure Beach Resort, situado en Lamai Beach. Y qué queréis que os diga: llegar a ese hotel, con acceso directo a la playa, y poder ver esa playa salvaje, entre palmeras, rocas y cabañas... me enamoró desde el primer momento. Además, este hotel tenía un transfer gratuito que te llevaba y traía al centro de Lamai Beach, en donde se sitúan todas las tiendas, restaurantes y puestos de comida callejera. Imprescindible visitar esta zona por la noche y, por supuesto, comer del street food. Y es muy curioso, porque este mercado de comida nocturno se sitúa a escasos metros de una zona de bares al aire libre en las que hay un montón de chicas bailando que no paran de gritar llamando a los turistas para que se tomen algo allí... y jueguen a las 3 en raya (entre otros juegos de mesa).
Otra de las zonas animadas por la noche es Chaweng Beach, en donde, además de un centro comercial, hay otro mercado nocturno que hace la delicias de todos los visitantes. Me hablaron de otro chulo, el Fisherman Village Walking Street, pero nos pillaba algo más retirado y estábamos algo cansados de regatear todo el rato con los taxis. Porque sí, en la isla dependes del taxi o de alquilar una moto. Si sabes conducir moto, os recomiendo esta opción, porque ofrece mucha más autonomía y libertad para conocer cada rincón de la isla. En nuestro caso, tenemos pánico a las dos ruedas... de modo que estuvimos algo más "atados" al depender del taxi. Si os pasa como a nosotros... tranquilos, los taxis, o Songthaews (rojos y amarillos), pasan rodeando la isla continuamente. Basta con que pares uno, le digas dónde quieres ir, regatees el precio y te subas. Otra opción, descargarte la app NaviGo, algo así como el Uber de allí. No tiene muchos vehículos, pero tiene la tranquilidad de que sabes el precio... Otra opción es tirar de excursiones guiadas.
En la isla es posible hacer alguna excursión, como el Big Buda de Bophut, el de Wat Plai Naem o las cascadas de Na Muang. Como siempre, hacerlas o no dependerá de tu tiempo y ganas. La más popular, en todo caso, es conocer el Parque Nacional Ang Thong, que suele llevar todo el día en excursiones organizadas.
De Koh Samui, fuimos a Koh Phangan a, entre otras cosas, disfrutar de la famosa Full Moon Party. Pero eso os lo cuento en otro post, que este ya ha quedado muy largo ;).
Podéis ver más fotos en las historias destacadas de mi Instagram: @antoralgram. Todo lo que necesitas para tu viaje de Jose Manuel Antoral Cuevas
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