Road Trip Costa Este EEUU: Qué ver en Lancaster, el condado de los amish

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Si estás planeando un road trip por la zona este de Estados Unidos, ya te hemos ido dando algunas ideas de paradas, como New York, Boston, Salem o White Mountain Forest. Hoy os damos otra, un poco más al sur y que, en nuestro caso, supuso una parada ya casi hacia el final de la ruta (después nos quedaría Washington y Filadelfia.

Lancaster es un condado situado en el estado de Pennsylvania y se encuentra a 190 km de Washington y 265 km de New York y que es un reclamo turístico por ser el territorio Amish por autonomasia de Estados Unidos. Es una parada habitual en esta ruta en coche y también una excursión recurrente, y recomendable, si estás en la misma Nueva York.

¿Qué son los amish?

Los amish son un grupo etnorreligioso protestante anabaptista que han decidido llevar un estilo de vida sencillo alejado de las comodidades modernas. Esto es: no tienen coche (usan caballos y carruajes), visten de forma modesta y tradicional, no usan electricidad, agua corriente, teléfono...



Como podréis imaginar, visitar un condado de amish es una experiencia única por lo chocante que puede ser para nosotros (que vivimos de forma totalmente opuesta) y por lo interesante que es descubrir un modo de vida diferente.

¿Qué ver en Lancaster?




Lancaster cuenta con oficina de turismo y por supuesto una serie de visitas "obligadas" y turísticas para conocer cómo son y cómo viven. Y ahora os hablo de ellos... pero... primero... Un consejo: Salir de la ruta establecida. Literalmente. Os van a dar un mapa con las rutas típicas, en donde veréis donde están las granjas amish visitables y hasta el mercado pero, mi gran recomendación es que cojáis el coche y os salgáis de la carretera principal  (la 340 y la 30), y os adentréis en caminos de tierra... y dejaos llevar. Tranquilos, no os váis a perder porque todo el condado y sus caminos son una cuadrícula, pero por estos caminos de tierra podréis toparos realmente con casas y granjas de amish alejadas del bullicio turístico. Las estampas que encontré en estos caminos fueron maravillosas. Eso sí, los amish son celosos de su intimidad, y no está de más respetarla: no les hagas fotos ni a ellos ni a sus casas en estos territorios "alejados" de las habituales rutas turísticas.



Ahora sí, el producto turístico existe, claro. Y uno de ellos es la Granja Casa Museo Amish. Es una visita imprescindible porque, además de ver por dentro la típica casa de los amish, te van a explicar cómo viven, sus costumbres, y hasta el significado que tienen que un hombre lleve o no barba. Aquí veréis cómo son sus habitaciones, cocinas, ropas...

No puedes irte de Lancaster sin probar la típica comida amish. Una vez más estamos ante un producto pensado para el turista: restaurantes tipo buffet o con el menú organizado en donde podrás comer lo que comen y producen los propios amish: salchichas al estilo alemán, col... Hay bastantes opciones de este tipo, pero nosotros elegimos Plain & Fancy Farm y cogimos el menú típico amish. Estaba todo muy rico. Y no dejéis de visitar la tienda del restaurante porque tienen muchos productos típicos y artesanales.



Otro de los atractivos turísticos de la zona, amish aparte, son los puentes cubiertos de madera. Son abundantes y están señalados en el mapa que podrás recoger en el Visitor Center. Te cruzarás con varios de ellos en tu ruta.



Respecto a dormir o no en Lancaster, yo os recomiendo hacerlo. Probablemente ya llevéis unas horas de coche encima y, además, os ocupará todo un día descubrir los atractivos del condado. Nosotros dormimos en el Country Inn of Lancaster, un hotel de carretera muy bonito que hasta tenía una piscina climatizada. ¡La habitación era enorme! Muy recomendable.



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